La inteligencia artificial (IA) ha pasado a ser un concepto muy famoso desde hace algunos años, de hecho, con anterioridad se tendía a asociar a la ciencia ficción, pero desde hace algún tiempo pasó a convertirse en una realidad bastante cercana a las personas comunes y corrientes (e.g. Waze y Spotify por mencionar algunos ejemplos). Actualmente, la IA procesa las compras en línea, los pedidos, recomienda productos, asesora, responde dudas y hasta habla con los usuarios a través de asistentes virtuales…para qué decir, con la aparición de ChatGPT y similares, que están llevando el tema a un nivel aún insospechado.
Uno de los sectores con mayor actividad de la Inteligencia Artificial es el e-commerce, y su auge global se debe, principalmente, a los nuevos hábitos de consumo y al constante avance tecnológico. De hecho, su efecto en él hoy es más que evidente ya que está siendo una tecnología clave para optimizar el futuro de las marcas y retailers en un mercado cada vez más digitalizado y competitivo. Un ejemplo de aquello es el desarrollo de modelos de predicción de demanda, utilizado en los sitios web para la recomendación personalizada de productos, además del hecho de aprender los patrones de comportamiento de los millones de usuarios que entran al sitio web – combinado con la información de sitios de terceros – para saber o inferir sus intereses.
Hoy en día, este tipo de tecnologías posibilitan trabajar con gran cantidad de datos e información y realizar análisis en tiempo real, lo que permite también automatizar tareas diarias del e-commerce mucho más rápido y de manera más asertiva. Este enfoque brinda escalabilidad, reducción de costos y muchos otros beneficios para las empresas.
La utilización de la Inteligencia Artificial abarca gran variedad de procesos, anteriormente era necesario que personas con conocimiento y disponibilidad de tiempo se hicieran cargo de estos aspectos, pero hoy se están utilizando distintas herramientas automatizando tanto la comunicación como el proceso.
La IA es ya una realidad dentro de las marcas, permitiendo aumentar la eficiencia y eficacia de las acciones comerciales que realiza una empresa, y al mismo tiempo incrementar la satisfacción del cliente y anticipar sus necesidades. El gran desafío ahora está en lograr que los e-commerce usen cada vez más la tecnología para conocer mejor a los usuarios, que puedan relacionarse con ellos y complacer sus demandas, tanto conscientes como inconscientes.